2005/12/12

El fondo del vaso



La voluntad resonaba ,
al clamor del destierro.
Mientras Pantagruel azoraba ,
cercenaba lentamente mi ego,
y en el negro batir de miradas,
mi mundo,ya huero,
lo dejo, ¡lo dejo!
junto a los míos, junto a mis sueños.

Nunca avezo a nombrarte,
pues el color es lo de menos,
solo se que me amedrentas,
con tu calor y con tus besos.

Y si la hiedra nos cubre,
saboreo consciente el deseo,
imagino e imagino,
que la vida ya no es sueño.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"y si la hiedra nos cubre,
saboreo inconsciente el deseo,
imagino e imagino,
que la vida ya no es sueño"

Hoy he estado -de nuevo- en la biblioteca y he vuelto a volver como se vuelve cuando lo unico que cambia es la hora en los relojes y los dias en los calendarios.

Hoy confiaba -de nuevo- en que habría algo distinto, en que haría algo más que leer palabras en mis apuntes. Confiaba demasiado.

Mañana prometo no volver a sonreir a ningún (des)conocido para no poder volver a imaginar que me devuelve la sonrisa, que se acerca, que me habla.
Imaginar que esta noche me dice las palabras más bonitas del mundo,aunque sonara cursi, aunque me estuviera mintiendo.
Esta noche quería creerlo, y quererlo. La ultima noche, lo prometo.

Supongo que es pedir demasiado que me susurre al oido las palabras que quisiera escuchar. Me daré una excusa: será porque aún nadie las ha inventado. Sí, debe de ser eso.
y si alguien lo hizo... las mantiene en secreto.