2006/03/14

La luz y la sed




El tedio de los inocentes,
ahora lo comprendo,
no es la incertidumbre,
siquiera la duda,
la sed, sí, la sed,
la causante de toda ruina.

Ahora con la luz ,ha resurgido insomne,
y mientras el hedor abandona,
vuelve el sutil aroma,
del hastío primaveral.

Albergando la vana esperanza,
de no ser solo un nombre,
pienso que no merece la pena,
y mi vaga mirada se pierde en el horizonte,
donde todo es fútil y banal,
donde no siento mi sangre borbotear.

Así pues inocente y vencido,
no desisto y continuo,
pues mi verde es oro,
y así ha de ser el camino seguido.

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